Hora de admitirlo: la Iglesia siempre estuvo en lo cierto sobre el control de natalidad
Por Michael Brendan Dougherty y Pascal-Emmanuel Gobry
(Agradecemos a Maria Eugenia D’Angelo por la traducción al castellano )
8 Feb., 2012
Tildar a la Iglesia Católica como “fuera de onda” es pan comido, entre las mitras que cubren la cabeza de los obispos y las iglesias adornadas con oro. Y nada lo hace más fácil que la postura que sostiene la Iglesia contra la anticoncepción.
Muchas personas, (incluido nuestro editor) se preguntan por qué la Iglesia Católica no abandona este precepto. Señalan que la mayoría de los católicos lo ignoran, y que muchas personas lo encuentran como un punto de división, como un requisito desactualizado. “¡Vamos, estamos en el siglo XXI!”, dicen. “¿No VEN que es ESTUPIDO?”, gritan.
Pero esta es la cuestión: la Iglesia Católica es la organización más grande y antigua del mundo. Ha visto caer a todos los grandes imperios conocidos por el hombre, desde el romano hasta el soviético. Tiene organizaciones literalmente en todo el mundo, abarcando cada campo de actividad humana. Nos ha dado algunos de los mejores pensadores del mundo, desde San Agustín hasta René Girard. Cuando hace cosas, generalmente tiene un buen motivo. Todo el mundo tiene derecho a estar en desacuerdo, pero no es que se trate de un grupo de blancos locos que se quedó en la Edad Media.
Entonces, ¿qué está sucediendo?
La Iglesia enseña que el amor, el matrimonio, el sexo y la procreación son todas cosas que van de la mano. Eso es todo. Pero es bastante importante. Y a pesar de que la Iglesia viene enseñando esto desde hace 2.000 años, probablemente nunca fue tan importante como hoy en día.
Los actuales preceptos contra el control de la natalidad fueron reafirmados en la encíclica Humanae Vitae, publicada en 1968 por el Papa Pablo VI. La misma advirtió de cuatro resultados si se aceptaba el uso generalizado de anticonceptivos:
Baja general de los estándares morales
Aumento en la infidelidad y la ilegitimidad
La reducción de las mujeres a objetos para satisfacer a los hombres.
Coerción del gobierno en materia de reproducción
¿Les suena familiar?
Porque suena como lo que viene ocurriendo en los últimos 40 años.
Como escribió George Akerloff en Slate hace más de una década, al hacer que el nacimiento del niño sea una elección física de la madre, la revolución sexual hizo que el matrimonio y la pensión alimenticia sean una elección social del padre.
En lugar de que dos padres sean responsables por los hijos que conciben, una expectativa sostenida por las normas sociales y por la ley, ahora damos por sentado que ninguno de los padres es necesariamente responsable por sus hijos. Ahora se considera que los hombres cumplen sus obligaciones simplemente pagando la pensión alimenticia. Esta es una reducción bastante dramática de los estándares de “paternidad”.
¿Qué tan bien nos está yendo desde esta gran revolución sexual? El matrimonio de Kim Kardashian duró 72 días. Ilegitimidad: muy alta. En 1960, el 5.3% de todos los nacimientos en Estados Unidos correspondían a mujeres solteras. Para el 2010, era 40.8% [PDF]. En 1960, las familias casadas constituían casi las tres cuartas partes del total de los hogares; pero según el censo del 2010 representaron solo el 48% de ellos. El número de parejas de hecho es diez veces superior al registrado en 1960.
Y si no crees que las mujeres están siendo reducidas a objetos para satisfacer a los hombres, bienvenido a Internet, ¿hace cuánto que estás por acá? Acerca de la coacción del gobierno: basta con mirar a China (o a Estados Unidos, donde el gobierno de Obama pretende impulsar una normativa para garantizar la cobertura de métodos anticonceptivos en los planes de salud, razón por la que estamos tratando este tema en este momento).
¿Todo esto se debe a la píldora? Por supuesto que no. Pero la idea de que la amplia disponibilidad y uso de métodos anticonceptivos no condujo a un cambio social dramático, o que este cambio fue exclusivamente para bien, es una noción mucho más tonta que cualquier cosa que la Iglesia Católica enseñe.
También lo es la noción de que es OBVIAMENTE TONTO obtener tus principios morales de una fe venerable (¿en oposición a qué? ¿Britney Spears?).
Pero analicemos otro aspecto. La razón por la que nuestro editor piensa que los católicos no deberían ser fecundos y multiplicarse tampoco tiene fundamentos válidos. La población mundial, escribe, está en una senda de crecimiento “insostenible”.
La División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas estima (PDF, h / t Pax Dickinson) una desaceleración en la tasa de crecimiento demográfico en las próximas décadas, estabilizándose en alrededor de 9 mil millones en el año 2050 … y manteniéndose allí hasta el 2300. (Y tengan en cuenta que la ONU, que promueve el control de la natalidad y los abortos en todo el mundo, no se encuentra exactamente entre los que pregonan que hay que ser fecundos y multiplicarse).
En términos más generales, la visión maltusiana del crecimiento poblacional persistió a pesar de que se demostró que era errónea una y otra vez, y de causar innecesariamente un gran sufrimiento humano. Por ejemplo, China se dirige a una crisis demográfica y a un trastorno social debido a su política errónea de un solo hijo por familia.
El progreso humano implica personas. Todo lo que hace que la vida sea mejor, desde la democracia hasta la economía, Internet y la penicilina, fue descubierto o construido por personas. Más personas significa más progreso. El inventor de la cura para el cáncer podría ser el cuarto hijo que alguien decidió no tener.
Entonces, para resumir:
- Es una buena idea que la gente sea fecunda y se multiplique; e
- Independientemente de lo que opines acerca de la postura de la Iglesia sobre el control de la natalidad, se demostró que fue bastante profética.
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