Gustavo Irrazábal – Doctrina Social de la Iglesia y Ética Política

Gustavo Irrazábal – El Estado

6.4 El Estado

El término Estado es frecuentemente considerado como sinónimo de sociedad política. Se habla, por ejemplo, del “Estado-Nación”, del Estado argentino, del Estado chileno, etc. A la inversa, el CDS utiliza la expresión “sociedad política” como sinónimo de Estado (cf. N. 417-420). Ambos usos se prestan a confusiones, y se hace necesario, por lo tanto, precisar mejor el auténtico significado de ese término.

6.4.1 Concepto

En sentido propio, como enseña J. Maritain, 73 el Estado es sólo una parte del todo de la sociedad política: es un conjunto de instituciones situadas en la cima de esta última, y dedicadas al fomento del bienestar común, el orden público y la administración de los asuntos públicos. El Estado es la parte superior del cuerpo político, no en el sentido de que sea superior al cuerpo político mismo, sino que es superior a las otras partes de éste. Es un instrumento del cuerpo político, subordinado a éste y ordenado al bien común.

Frente a esta teoría, que podemos denominar instrumentalista, la cual corresponde a la genuina noción política del Estado, se encuentra la teoría absolutista o substancialista, en la cual se basa una noción despótica del mismo, por la cual el Estado se superpone al cuerpo político o lo absorbe en sí.

Esta ideología se origina históricamente en la Edad Media con el emperador, y a comienzos de la Edad Moderna con los reyes absolutos, cuya autoridad se concibe como venida “desde arriba” sobre el cuerpo político. Después de la Revolución francesa, este mismo concepto de Estado se mantiene, identificándolo con la nación. El Estado es concebido como persona o sujeto de derecho (lo cual sólo puede predicarse del cuerpo político, se torna realidad y se hace hipóstasis. Esta ideología espuria estuvo presente en la democracia liberal, en la que el Estado tendía a desplazar al pueblo de la vida política; pero alcanza sus extremos en los regímenes totalitarios del siglo XX.

El desarrollo del Estado en la modernidad debe considerarse un progreso moral, en cuanto profundiza la racionalidad del sistema jurídico y del ejercicio del poder, fiscaliza y organiza la vida económica y social, es instrumento indispensable para el logro de la justicia social. La noción absolutista de Estado, en cambio, es una perversión, por la cual éste se confunde con el todo de la sociedad política, y asume funciones y tareas que normalmente pertenecen al cuerpo político y a sus diversos órganos. Tal es el caso del Estado “paternalista”, sobre el que trataremos más adelante.

6.4.2 Relación entre Estado y sociedad civil

CDS 417-420 enuncian el principio de que la sociedad política debe estar al servicio de la sociedad civil, lo cual, expresado en la terminología que hemos propuesto, equivale a decir que el Estado debe estar al servicio de la sociedad civil. En este principio se pone en juego la visión del hombre como ser autónomo y racional, abierto a la trascendencia; visión que contrasta tanto con las ideologías de carácter individualista, como con las totalitarias que tienden a absorber la sociedad civil en la esfera del Estado. La Iglesia defiende, por el contrario, el pluralismo social (cf. CDS 417.2).

Ello exige enfatizar la preeminencia de la sociedad civil sobre el Estado. Es aquella la que justifica la existencia de este último, que tiene como función dar un marco jurídico adecuado para el libre ejercicio de las actividades de los sujetos sociales, y orientar al bien común la interacción entre los diferentes grupos, conforme al principio de subsidiaridad (cf. CDS 418).

Preservar el espacio de la sociedad civil es también importante porque ésta es el lugar donde es posible recomponer una ética pública centrada en la solidaridad, la colaboración directa y el diálogo fraterno, como se demuestra particularmente en las experiencias del voluntariado (cf. CDS 420; CV39).

 

Fuente: Irrazábal, Gustavo, Doctrina Social de la Iglesia y Ética política, Bs.As., Agape, 2009, pp. 84-86

 

NOTAS:

CDS: Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (vatican.va)




Comentarios