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¿Para qué insistir con el voto ProVida?

Ya nadie duda de que la polarización de estas elecciones son el fiel reflejo de la famosa “grieta”.

No se llegó al populismo de un día para otro y es razonable pensar que tampoco es posible desintegrar fácilmente el arraigo de este veneno en la conciencia de un pueblo. Mucho menos después de que la supuesta alternativa a ese sistema de opresión (que administraba su propia riqueza con la adulteración de la dignidad de las personas), haya mostrado tan malos números. Y que encima no pueda hacer siquiera algunas promesas de campaña con la frialdad de los números que dice estar corrigiendo gradualmente.

En ese sentido, esta campaña esta llena de promesas intangibles donde los políticos de siempre juegan a cambiarse de ropas con el pésimo consejo de las mediciones. Y ahí aparecen los tipos comunes, los perros, las alusiones a llenar los bolsillos de la gente, y un interminable etcétera.

La situación de extrema fragilidad con la que “volvimos a estar en el mundo”, la falta de convicción moral frente a las presiones internacionales que alientan el genocidio de los niños por nacer, la promoción abierta de la Ideología de género, y la vergonzosa administración de las pautas publicitarias o las aerolíneas deficitarias que se financian con el dinero de los más pobres, no son una herencia. Son la triste realidad de un gobierno que supo expulsar de su propio seno a un veterano de guerra de Malvinas, condecorado con la Cruz al Heroico Valor en Combate, que lideraba uno de los organismos más parasitarios del Estado y buscaba limpiarlo de una vez. Pero como fue la caja de todos los gobiernos de la democracia, no era conveniente dejarlo en evidencia.

El presidente no supo o no quiso liderar el verdadero cambio que había que llevar a cabo para terminar de una vez con esta decadencia que lleva casi un siglo.

Pero el año 2018 quedará en los libros de historia argentina por un hecho que cambió todo: el debate sobre la despenalización del aborto en el Congreso.

Se cumplió un año de que #NoFueLey, tal el hashtag que utilizamos en las redes sociales para contrarrestar la mentira oficial de los medios masivos de comunicación, todos perfectamente alineados con el más astuto gramscismo cultural.

Pero también se cumplió un año desde que el pueblo de Dios se despertó del letargo y reaccionó con lo que tuvo a mano. En primer lugar, los hermanos evangélicos; en segundo lugar, los católicos. Y algún minoritario apoyo de otros cultos, luego.

Llenamos plazas, buscamos donaciones, fundamos partidos que luego no prosperaron, exigimos a los políticos que aún no habían caído en la trampa dialéctica que se jueguen sus carreras, salieron a la luz los problemas provocados por la negligencia de la educación “pública y gratuita” que adoctrina respondiendo a ciertos intereses y no es capaz de educar en la afectividad a niños y adolescentes.

Pero sabemos muy bien que esta barrera que cruzamos abrió varios frentes de batalla. Y también, que somos una amplia mayoría federal la que desea reconstruir sus políticas públicas. Pero contamos con unos políticos improvisados, víctimas de la persecución política de un régimen que decía ser diferente al anterior y que, cada día más, demuestra no poder estar a la altura. Un gobierno socialdemócrata jugando a las conquistas sociales de las minorías, como si contara con la riqueza de los países europeos. Un gobierno que practica la redistribución de la riqueza con una macroeconomía endeble. Un gobierno que desperdició una oportunidad única y sabe que ahora es tarde, por lo cual lleva en su fórmula de gobierno al autor de la impunidad de Cristina Kirchner. Un gobierno que jugó a dos puntas, traicionando el apoyo de un electorado que se vio agredido en lo más íntimo cuando se puso en juego la vida de los niños por nacer.

Por estos motivos y algunos más, Juan José Gómez Centurión es el candidato a presidente de todos los que respetamos la Dignidad de la Persona Humana por encima de lo demás.

Porque pensamos que no se persigue el Bien Común cuando un sistema político define que un ser inocente corre peligro en el vientre de su madre.

No sabemos si en las PASO sacaremos más del 3% de los votos. Lo que sabemos es que ésta es una batalla más que daremos en este lamentable escenario político, que tendrá a mafiosos y coimeros disputando el primer lugar. Aunque uno de los dos bandos siga vociferando que pronto se viene el cambio.

Hagamos sentir nuestro más sincero repudio a todo esto en donde más duele a los gobernantes: las urnas.

Sigamos haciendo presión, que esta ola celeste sea un mar que arrastre y purifique todo a su paso. En estas PASO, vota NOS.

Plataforma

 

Andrés Mac Lean

 




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