Gabriel Zanotti – Los detalles del orden espontáneo en Hayek
Capítulo V
Los detalles del orden espontáneo
Comenzamos aquí a tratar sistemáticamente la teoría del orden espontáneo en los escritos de Hayek. Para ello vamos a comenzar con lo que desde un punto de vista epistemológico sería el anuncio de su programa de investigación. Se da muchas veces en los autores, aunque ellos no lo quieran, que escriben un artículo o ensayo corto donde sin darse cuenta escriben el germen de lo que luego será el eje central de sus investigaciones.
En nuestra opinión, ese es el caso de «Economics and Knowledge»[i], de 1935. Por primera vez un economista austríaco toma explícita distancia de los modelos de equilibrio neoclásicos, aunque en ese momento ni los austríacos toman plena conciencia de ese distanciamiento (seguimos en esto a Kirzner en este discutido punto[ii]). Hayek hace una larga introducción para decir que, en última instancia, si partimos de una situación de equilibrio, donde, desde luego, el presupuesto de conocimiento pleno es fundamental, el problema económico está resuelto ipso facto.
¿Por qué? Porque si de lo que se trata es de ajustar los medios escasos a los fines prioritarios, suponer el conocimiento perfecto supone entonces que los medios ya están perfectamente asignados. Ahora bien, eso parte precisamente de lo que se quiere explicar. ¿Cómo se asignan los recursos? ¿De qué modo en una sociedad los recursos escasos pueden ser asignados, del mejor modo posible, a las necesidades prioritarias? ¿Cómo se establece qué necesidades son las prioritarias?
Y en la pregunta sobre cómo se asignan los recursos está implícita otra pregunta que, según todo lo que liemos visto, a Hayek no se le iba a escapar. ¿Cómo es posible que se logre eso en una sociedad con personas que tienen conocimiento disperso, limitado, valoraciones distintas y posibilidad de error? ¿Cómo explicar el orden (economización de recursos, en este caso) a partir de semejante des-orden implicado en el limitado conocimiento humano?
Volvemos a reiterar que esta pregunta es fundamental para entender lo peculiar del enfoque austríaco. Nadie afirma que en la realidad haya conocimiento perfecto. Los que utilizan modelos que lo presuponen lo consideran una aproximación, o un ideal regulativo, o supuestos cuyo realismo es irrelevante (Friedman). Pero casi todos (Friedman sería una excepción) concluyen algo que sería plenamente coherente: «alguien» tiene que ordenar ese desordenado proceso. O el dictador socialista (típica discusión en la cual Hayek se introduce en ese tiempo) o el Estado que «regula» el mercado (la economía intervenida, el paradigma actual, aunque llamado «capitalismo» por gente como Soros y otros). Cualquier economista formado en los modelos neoclásicos de competencia perfecta, imperfecta o monopolística, tendrá en cuenta también el paradigma del gobierno como quien va a resolver los «fallos del mercado».
Pero Hayek no podría cometer ese error. Dado el conocimiento perfecto, todos fallan, estén en el gobierno o fuera de él. La peculiaridad, la absoluta originalidad de la Escuela Austríaca, consiste en afirmar que cuanto más intervenga la coacción para solucionar las imperfecciones del mercado, su imperfección será aún mayor.
Pero esto no conduce a ningún pesimismo. La conclusión de Hayek no es que tenemos que conformarnos con un mercado «espantoso» porque no se puede hacer nada. La conclusión de Hayek es que el mercado, bajo ciertas condiciones jurídicas y de conocimiento, es un proceso espontáneo que conduce a un encuentro, imperfecto, de oferta con demanda. Esas condiciones de conocimiento son un conocimiento «relevante» por parte de personas que tengan cierta capacidad de aprendizaje de sus errores. Las condiciones jurídicas se refieren precisamente a una propiedad privada no intervenida. Cabe aclarar que nada hay en la obra de Hayek que haga suponer que está hablando de un Estado absolutamente ausente. Por eso algunos anarcocapitalistas (erróneamente, a mi juicio) lo han tildado de socialista.
Pero, claro, en este artículo Hayek establece lo que hay que explicar más que los detalles de la explicación. Los detalles son precisamente la obra de su vida. Él está convencido de que el mercado funciona; simplemente se da cuenta de que la explicación no explica nada si parte del supuesto de conocimiento perfecto y que, por otra parte, ese supuesto da pie al socialismo.
Ahora bien, esto significa que Hayek toma conciencia de las implicaciones epistemológicas de su planteamiento, implicaciones que ocupan gran parte del artículo.
En el punto 9 del artículo queda claro cuál es el problema que la economía tiene que resolver: «how the spontaneous interaction of a number of people, each possessing only bits of knowledge, brings about a states of affairs in which prices correspond to costs, etc., and which could be brought about by deliberate direction only by somebody who possesed the combined knowledge of all those individuals.»[iii]. Que la explicación de este caso de orden espontáneo sea la tarea de la economía le confiere a ésta características especiales. La economía no parte del equilibrio: parte de que el mercado se encuentra en una situación de des-equilibrio, pero, a la vez (esto es lo que hay que demostrar), tiende al equilibrio (sin alcanzarlo). Para la demostración de esa tendencia no basta lo que Hayek llama la lógica pura de la acción, esto es, las características de la acción humana que podríamos suponer e inferir a priori. Hacen falta una serie de supuestos auxiliares que, en cuanto auxiliares, no pueden inferirse de la acción humana, sino que deben postularse como supuestos. El modelo es por ende en parte hipotético, y por eso hace falta algún tipo de corroboración (que Hayek especificará en 1964)[iv]. Pero el punto es que este es el motivo por el cual aparece el párrafo que irrita a los intérpretes ultra-aprioristas (en términos de Machlup[v]) de Mises: «It is only by the assertion that such a tendency exists that economics ceases to be an exercise in pure logic and becomes an empirical science; and it is to economics as an empirical science that we must now turn» (punto 6).
Por supuesto, esto no significa que Hayek abandone la epistemología misiana y se vuelva popperiano. Es comprensible que Hutchison diga eso desde su mirada más bien positivista.[vi] Pero, en primer lugar, Hayek no puede abandonar una epistemología donde nunca estuvo. Esto está dicho en 1935; el contacto con Popper apenas comenzaba. Pero que Hayek nunca compartiera la interpretación ultra-apriorista de Mises no lo convierte en un popperiano «a la Hutchison». Hayek siempre se mantiene antipositivista en ciencias sociales. Su contacto con Popper simplemente le da más herramientas para introducir este elemento “empírico» en ciencias sociales, pero veremos que lo introduce de un modo más hermenéutico que nada tiene que ver con una lectura positivista de Popper (aunque sí tiene que ver, en nuestra opinión, con el Popper real).
Por otra parte, todo lo que está viendo Hayek es que la demostración de la tendencia al equilibrio presupone supuestos adicionales que no son tan claramente a priori, nada más.
Pero eso basta para que claramente diga cuál es el trabajo de la economía, de su economía como ciencia, y además: a) cuáles son las condiciones bajo las cuales esa tendencia se da; b) la naturaleza del proceso por el cual el conocimiento se cambia (punto 6, hacia el final). En mi opinión b) es parte de las condiciones buscadas en a), pero que Hayek lo haya destacado a parte tiene su importancia en cuanto a la génesis de la concepción del mercado como proceso. En el punto siguiente queda claro el factor que para Hayek tiene suma importancia como hipótesis auxiliar: que las personas aprenden, que incrementan su conocimiento, que es la obvia contracara de la limitación del conocimiento humano y, como dijimos en los puntos anteriores, presupuesto de todo orden espontáneo.
Pero lo más interesante a fines globales es que al final del artículo Hayek advierte dos cosas: 1, que el orden de mercado es un caso de orden espontáneo; 2, que por ende la noción de orden espontáneo es más amplia que el proceso de mercado, y su estudio es el objeto, en cierto sentido, de todas las ciencias sociales. «Economics —afirma— has come nearer than any other social science to an answer to that central question of all social sciences: How can the combination of fragments of knowledge existing in different minds bring about results which, if they were to be brought about deliberately, would require a knowledge on the part of the directing mind which no single person can possess?»[vii]. Observemos que esta pregunta contiene implícitamente una excelente definición de lo que es cualquier orden espontáneo: una combinación de conocimiento disperso que produce un resultado tal que, si tuviera que ser producido deliberadamente por una sola mente directriz, requeriría por parte de ésta un conocimiento que ninguna persona sola puede poseer.
Las implicaciones epistemológicas de esto son vastísimas, y si no se comprenden, no se pude estar ni a favor ni en contra de la Escuela Austriaca. Hayek plantea que los órdenes espontáneos son el objeto de las ciencias sociales. Esto sólo es posible si se abandona completamente un paradigma positivista. Un orden espontáneo no se observa con estadísticas; su resultado no es cuantitativo, su corroboración no puede ser sino hermenéutica. Nada podría estar más enfrentado al paradigma positivista dominante sobre todo en los ambientes anglosajones de epistemología de la economía. Esto explica la soledad total de la Escuela Austríaca. No sólo propone un libre mercado contrario a las prácticas intervencionistas dominantes (llamadas para colmo «capitalismo global»), sino que lo hace bajo un marco epistemológico que no es ni positivista ni postmoderno, (Por supuesto que la Escuela Austríaca y Hayek no son lo mismo, pero sí es verdad que todos los austríacos son antipositivistas.)
Pero Hayek no está más que anunciando su programa de investigación. Plantea un modelo de ciencias sociales no positivista. ¿Cómo? ¿De qué manera? Apenas si ha comenzado a esbozarlo. Toda su vida académica será el desarrollo de este programa. En el capítulo siguiente daremos un importante paso adicional.
No terminaremos sin insistir en que este artículo tiene planteados casi todos los temas de la obra posterior hayekiana. La limitación del conocimiento, el factor aprendizaje, la epistemología de la economía, la epistemología de las ciencias sociales, la explicación del mercado como proceso. Sólo le hubiera faltado anunciar que el orden espontáneo tiene sus aspectos políticos, pero implícitamente lo hace cuando dice que el orden espontáneo es estudiado por todas las ciencias sociales.
Por eso Hayek no se puede aceptar ni rechazar en bloque. Hay que distinguir el programa que anuncia, los logros parciales que ha logrado en su desarrollo (esto es del 35, y él murió en el 92), de los desacuerdos que podamos tener con tal o cual aspecto. En ese sentido hay dos modos de «estar de acuerdo» con Hayek. Uno es repetir ideológicamente sus palabras. Otro es compartir el planteamiento de su programa de investigación. Si usted ve que el neopositivismo en ciencias sociales se ha agotado, tiene aquí algo interesante para pensar.
Fuente: Zanotti, Gabriel, Introducción filosófica al pensamiento de F.A. Hayek, Madrid, Unión Editorial, 2009, pp. 41-46
NOTAS:
[i] En Individualism and Economic Order (Chicago: University of Chicago Press, 1948; Midway Reprint 1980)
[ii] Kirzner, The Meaning of Market Process, cit.
[iii] <<Economics and Knowledge>>, op. cit., p. 50
[iv] En <<The Theory of Complex Phenomena>>. Op. Cit.
[v] En <<The problema of verification in Economics>> (1955), Southern Economic Journal (1955), 22: 1
[vi] Véase al respecto nuestro artículo <<Caminos abiertos I>>, en Libertas, (1996), 25: 204.
[vii] Op. cit., p.54
Ultimos Comentarios
[…] http://debatime.com.ar/el-lockdown-y-la-destruccion-de-la-estructura-economica/?fbclid=IwAR3oudYvCWy… […]
[…] hecho nuestras críticas al liberalismo clásico en dos escritos: Los neomaritaineanos[1] y Liberalismo clásico, constitucionalismo y orden social cristiano[2]. Pero a […]
[…] [xiv] Ver: http://debatime.com.ar/derechos-de-propiedad-el-escarmiento-del-proyecto-ecologista/ […]