Eduardo H. Mac Lean – Moral y Educación
19/09/1998
El hombre tiene deberes religiosos con su Hacedor; deberes personales para consigo mismo; deberes morales para con su semejante; deberes de humanidad para con los animales inferiores. El campo propio de la Moral es la humanidad.
Los maestros pensadores y los verdaderos amigos de la educación miran como defectuoso todo sistema educativo que no atienda mucho a la Moral.
Una doctrina errada excluyó la educación moral en nuestras escuelas para separarse de la formación religiosa o teológica y por lo tanto no le dieron lugar en los programas laicos de la educación del Estado, ni en centro educativo alguno de cualquier nivel.
Se trata de un defecto gravísimo, si no fatal, a todo sistema de educación. Resultó una negligencia tremenda que acarreó resultados espantosos.
Un antiguo adagio inglés dice “como es el maestro así es la escuela”. (La fuerza del ejemplo).
Se comprende, la importancia fundamental de los hábitos y maneras del maestro, en la educación moral.
La dirección de la enseñanza debe asegurar el orden y la buena conducta en la escuela, como medios para la instrucción y la educación moral. Las propensiones bastardas sean dominadas por los sentimientos elevados, la buena conducta sea el resultado del desarrollo interno mas bien que de la compulsión exterior. Este fin es enteramente moral, y toda consideración extraña al texto exacto de las relaciones morales debiera desecharse como inconducente al fin propuesto y como desmoralizadora de la escuela.
Recordar que la mala conducta es el resultado, no sólo de la ignorancia, sino de la depravación moral y que exige mas bien educación que censura o castigo.
Los resultados de la educación moral: ennoblecer, enriquecer y elevar la vida del individuo; refrenar el egoísmo, por motivos basados en el bienestar humano; conocer bien las relaciones y obligaciones, para obtener de ellas resultados benéficos; fundar hogares donde la satisfacción de los deseos personales se subordine al bien general; comunidades donde los derechos humanos sean sagrados y el mejor pergamino de nobleza “el servicio más útil a la humanidad”; Estados cuya base sea la pureza individual, en los que se proteja al más humilde y al más débil, haya oportunidad para el completo desarrollo de todo y la justicia se establezca sobre la base segura del carácter privado: la realización final en suma, de la predicción al advenimiento de Jesucristo: “Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”.
Analizando lo expuesto, salta a la vista lo ocurrido – lamentablemente – en nuestro país. El viejo antecedente de establecer la educación laica, gratuita y estatal (para evitar que la enseñanza estuviera en manos católicas), olvidó compensar el sistema con un fuerte énfasis sobre la Moral. Y así de simple resultó el comienzo de la decadencia de la educación. Pero con el gravísimo ingrediente de la falla en la formación moral de las innumerables camadas de alumnos. A eso agreguemos idéntica falencia en la formación de maestros y profesores. Luego la causa fundamental de la decadencia moral de la ciudadanía queda bien clara: falta de Moral.
Desde hace ya muchos años observamos maestros poco preparados, actuando en escuelas mal dirigidas, con orientaciones permisivas, donde se nivela siempre para abajo. Donde los ejemplos de mala politización cunden, donde los alumnos soportan las huelgas docentes y otras, encontrando diariamente en los recreos y salidas de colegios el peor ejemplo de falta de disciplina y orden básicamente.
No demos más vueltas, acá encontramos el único origen de la corrupción generalizada y actuante en los estamentos políticos, gubernamentales, judiciales, y de la sociedad toda, resultado completo de una educación deformadora y perturbadora.
Pero nuestro pueblo creo que lo comienza a entender e inicia una reacción – tomemos por ejemplo los magníficos actos solidarios ante los necesitados que sufrieron las inundaciones – y se motiva en actos morales fundamentales basados en la doctrina cristiana.
Todos debemos intervenir, en las familias con la formación de nuestros hijos, concurriendo a los centros educativos con preocupación y espíritu de colaboración para obtener la educación moral indispensable para niños y jóvenes. Luchando por el cambio necesario e indispensable. Es nuestro deber indeclinable, sagrado si profesamos fe en una religión, volver las cosas a su lugar. Y si quieren más, en esto expuesto, también radica en buena parte el problema de la drogadicción en niños, jóvenes y adultos. No miremos al costado, luchemos en toda circunstancia y momento posible.
La educación moral trata las relaciones que existen entre el individuo y otros seres humanos, y de la conducta que se debe observar como consecuencia de estas relaciones.
Los medios de la fuerza moral consisten principalmente en la aplicación de las leyes morales establecidas para los casos que atañen a la conducta del individuo. Poder dominarse, evitar egoísmos y cumplimiento sistemático del deber a través de estímulos marcados en toda la vida del alumno, para obtener su fuerza moral.
Eduardo H. Mac Lean
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